Friday, August 12, 2005

 

Nueva York – junio 1891


La situación económica de Loos era mala y una crisis general asolaba el país (como lo atestiguan las fotos de Jacob Riis). Trabajaba como ayudante en una pequeña peluquería de la calle 14, dicho sea de paso, un su entrada pendía una cortina muy interesante, hecha con cuentas de vidrio, tal con la que utilizaría años mas tarde en la sastrería de Golman y Slotsch en la plaza Michel. Uno de los peluqueros lo llevo una noche a casa de un primo que le alquilo un cuarto donde había un pequeño diván donde podía dormir. Así se quedó a vivir con este hombre que era un sastre judío y su familia. Probó todo tipo de trabajo mientras el sastre y su mujer esperaban bondadosamente que le pagara el alquiler.
Aunque los necesitaban, inclusive le prestaron dos dólares cuando publicó un aviso en un periódico anunciando que era experto en heráldica, provenía de la Viena medieval y en consecuencia estaba en condiciones de diseñar escudos de armas para cualquier familia de nuevos ricos de Nueva York
Recibió gran número de consultas y entrevisto a gran cantidad de gente pero no puedo ganarse la vida dibujando escudos de armas, de suerte que alternaba esas tareas con sus esporádicas actividades concernientes a recipientes nocturnos.

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